Ayer, 12 de octubre, se podía leer en la prensa que, de nuevo, una patera había llegado a costas españolas. En ella viajaban 14 personas, de los cuales 4 eran menores de edad.
Y la noticia termina ahí, narrando que fueron intervenidos por la policía y por los servicios sanitarios. ¿Y luego qué?
Pues bien, después de un examen médico, son enviados a algún CIE (Centro de Internamiento de Extranjeros). El Estado español cuenta con 8 de estos centros, los cuales tienen un supuesto carácter no penitenciario, donde los inmigrantes permanecen un máximo de 60 días hasta que se lleva a la práctica su expulsión.
Esta es la teoría, pero a la hora de la verdad, la historia es diferente. Vemos como continuamente, y más en los últimos tiempos, salen a la luz casos de violencia, agresión e incluso abusos sexuales por parte de la policía hacia los internos e internas. «Te maltratan, no te respetan. He visto palizas, sufrimiento, y no puedes defenderte. Cuando estás allí encerrado parece que estuvieras en otro mundo», palabras de Salif Sy, interno durante 8 días en un CIE.
A pesar de que organizaciones sociales defensoras de los derechos humanos piden explicaciones y han denunciado multitud de casos, las autoridades salen victoriosas y el Gobierno continúa negándolo. «¿Cómo se va a torturar en los CIE? Pongo la mano en el fuego porque no se está torturando. Hay denuncias falsas», llegó a decir el Ministro del Interior José Fernández Díaz.
¿Cuándo dejarán de ocultarlo? ¿Cuantas personas agredidas, abusadas e incluso muertas tiene que llegar a haber para que por lo menos la mayoría de la población se de cuenta de la realidad? Nos están mintiendo impunemente.
Por todo esto y mucho más, yo desde aquí pido el cierre de los Centros de Internamiento de Extranjeros. ¡CIEs NO!
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